La palabra baños en hidroterapia, se refiere a sumergir todo o una parte del cuerpo en agua. La temperatura cambia dependiendo de la finalidad deseada. La respuesta del paciente varía según la persona, la temperatura y duración del baño y la zona del cuerpo donde se aplica.
Tipos de baños según la temperatura:
Baños fríos: la temperatura del agua no puede ser superior a 18ºC, y su duración de 6 a 30 segundos. Si quieren activar la circulación de una determinada zona, son parciales, y si están destinados a producir calor y estimulación metabólica son totales. Las personas que sufran de problemas cardiacos, intestinales o vasculares no deben tomarlos.
Baños calientes: la temperatura oscila entre los 36 y los 38ºC, y su duración de 15 a 20 minutos. Se les suele añadir hierbas o esencias para aumentar su efecto relajante. Si el baño es total relaja los músculos, reduciendo el dolor. Si es de medio cuerpo, suelen usarse para enfermedades del intestino o cólicos.
Baños de temperatura ascendente: indiferente hasta 39ºC. Existen 2 variantes: la más común que dura de 20 a 25 minutos, sin baño frío después, y otra cuya duración es de 8 a 12 minutos, con baño frío después.
Baños bitérmicos: mezcla de agua caliente y fría. Cambia según el balneario, pero un ejemplo sería un ciclo de 2-4 minutos agua caliente, 1 minuto fría, y 3-4 minutos caliente, el cual se repetiría al acabar.
Tipos de baños según la técnica empleada:
Baños simples: sirven para relajar al paciente, el cual se introduce en una bañera o piscina. El tiempo de inmersión es de 15 a 20 minutos, con una temperatura templada o caliente. A veces se alternan con baños fríos para estimular el sistema circulatorio y nervioso.
Baños parciales: solucionan trastornos relativos a las extremidades, ojos o cara.
Baños de vapor: usan el vapor del agua, añadiéndole según el caso plantas medicinales. Se debe poner la zona a tratar encima de la fuente de vapor, tampandola con una toalla. La temperatura del vapor suele ser de 40 a 45 ºC , con un tiempo de aplicación de entre 10 y 20 minutos.
Si el paciente toma un baño de vapor general, es recomendable que repose después, evitando cambios bruscos de temperatura, hasta que su temperatura corporal se estabilice. Una vez que la temperatura del cuerpo ha vuelto a la normalidad, se suele aplicar una ducha fría, estimulando con ello la circulación. Las afecciones más indicadas para este baño son las respiratorias y reumáticas.
Baños bitérmicos: la característica de estos baños es la aplicación de aguas a diferentes temperaturas. ES decir, se alterna entre agua fría y caliente. Dependiendo del balneario el orden varía, pero lo más común es introducir la zona a tratar en agua caliente durante 3 o 4 minutos. Después en agua fría durante 1 minuto, terminando con agua caliente otros 3 o 4 minutos. El ciclo se debe repetir 3 o 4 veces.
Estos baños son buenos para personas que sufren enfermedades circulatorias, como problemas de retorno venoso, ya que disminuyen la inflamación. Para aumentar el resultado es buena aplicar después un masaje.
Baños de remolino: se basa en la temperatura del agua y la presión hidrostática generada por ella, creando un efecto de masaje generado por el remolino, el cual potencia los efectos relajantes del agua. Presenta varias ventajas: el efecto masaje l estimula el tropismo por lo que disminuye las contracturas musculares, aumenta la elasticidad. Por ello se aplica en articulaciones que se hayan quedado rígidas ya que les ayuda a recuperar movilidad.
Baños galvánicos o de Stanger: combinando el agua con la electricidad, genera pequeñas descargas debidas a la buena conductibilidad eléctrica que tiene el agua. Ésta se puede aumentar añadiendo sales minerales al agua, potenciando la electroforesis y disminuye el paso de corriente por el organismo del paciente.
Hidromasaje termal: en una bañera se dispone de agua termal azufrada a 34-40°C. La duración recomendada es de 20 minutos, estimulando la circulación sanguínea, y mejorando molestias óseas y musculares. Consigue que el paciente se relaje, eliminando el stress.