Beneficios

  • El organismo al ser sometido a calor, acelera sus funciones metabólicas: aumentando la ventilación, acelerando la circulación sanguínea y estimulando los sistemas nerviosos y hormonales, lo que produce una mejora general de la salud.
  • Al lograr una mayor oxigenación, se revitalizan los tejidos, ayudando a retardar el proceso de envejecimiento de la piel.
  • El vapor produce una dilatación de los poros y una transpiración abundante que, además de eliminar toxinas e impurezas, estimula la circulación sanguínea.
  • Al dilatarse los poros, el vapor logra una limpieza profunda y duradera que deja la piel lisa y aterciopelada.
  • El vapor humedece las vías respiratorias, es expectorante en caso de resfriado, tos y ronquedad, ayudando a combatir la bronquitis y la sinusitis.
  • Los pulmones y el sistema bronquial aumentan su capacidad de intercambio de oxígeno y ventilación general.
  • Se mejora la limpieza de los genitales femeninos, facilitando la secreción del flujo vaginal. Las menstruaciones dolorosas se alivian por la acción del calor.
  • Relaja el sistema nervioso, disminuyendo el estrés, y logrando que se duerma mejor.

Precauciones el baño turco

  • Las altas temperaturas hacen que el ritmo cardiaco se pueda duplicar, pasando de 70 a 140 pulsaciones por minuto. Por ello, no es recomendado para ancianos, embarazadas y personas con problemas de salud (hipertensión, cardiopatías).
  • Se desaconsejan a quienes padecen trastornos de presión, de venas varicosas, de dermatitis, enfermedad bronquial severa, epilepsia, anorexia o cólicos renales.