Un niño no debe estar solo o cerca de la piscina, ni siquiera por un instante.
Si un niño se pierde y hay una piscina cerca, hay que revisarla en primer lugar.
Es recomendable que exista algún adulto entrenado en técnicas de salvamento y reanimación cardiopulmonar que pueda rescatar al niño en caso necesario.
Se deben tener equipos de rescate, como un salvavidas, una pértiga y un teléfono cerca de la piscina.
Se deben evitar los flotadores hinchables muy pequeños, ya que ofrecen al niño una falsa sensación de seguridad. El niño debe usar un chaleco salvavidas adecuado a su peso y tamaño. Las manguitas para flotar no son seguras. Recordar que los accesorios de flotación no son niñeras ni un seguro antiahogo.
Las clases de natación son un apoyo a la seguridad, pero no la sustituyen.
Las piscinas fijas deben contar con escaleras tanto en la parte baja como en la profunda para facilitar la evacuación y entrada.
En las piscinas armables de cierta profundidad es recomendable sacar la escalera de entrada sino se usan.
Se debe tener cuidado de que en las piscinas flotantes los niños no se introduzcan entre la piscina y el suelo, ya que pueden perder la orientación y asfixiarse.
Cuando no se use la piscina es mejor sacar todos los juguetes y objetos del interior para evitar la atención de los niños.
Los filtros de piscina deben llevar las tapas para evitar que la succión de las extremidades del menor.
Si la piscina es privada, es recomendable que se vea su totalidad desde la casa.
Es recomendable utilizar marcas de profundidad que indiquen las zonas de la piscina.
Se debe guardar con mucho cuidado los productos químicos e instrumentos de limpieza de la piscina.
Mantener lejos de la piscina aparatos eléctricos de cualquier tipo.