Los dispositivos de seguridad homologados que pueden instalarse en una piscina privada son cuatro: barreras de protección y sistemas de acceso a la piscina; cobertores de seguridad y cubiertas; sistemas de alarmas y pérgolas.

Vallas y barreras

Es el dispositivo más usado, y sirven para impedir el acceso a la piscina a los niños y animales de compañía. Pueden tener una o varias puertas de acceso provistas obligatoriamente de cerraduras de seguridad manuales, automáticas, magnéticas o de doble cerradura, diseñadas para que los niños menores de cinco años no puedan abrirlas aunque las manipulen.

Existen todo tipo de barreras en el mercado. La mayor parte tienen postes de aluminio termolacado, anodizado o galvanizado fijados en el suelo a una distancia determinada que mantienen paneles de PVC, mallas metálicas, acero o cristal traslúcido. Si se quiere lograr otro tipo de estética, se pueden poner de madera, siendo recomendable utilizar madera noble tropical.

Sistemas de alarmas

Los sistemas de alarmas que se instalan en las piscinas deben obligatoriamente estar fabricados, construidos o instalados para que los mandos de activación y desactivación no puedan ser utilizados por niños menores de cinco años.

El sistema de detección de caídas detecta la caída a la piscina de niños menores de cinco años y activa una alarma provista de una sirena para que el adulto sepa lo ocurrido.

Se colocan rodeando el perímetro de la piscina. Si alguien cae dentro del agua, se interrumpirá la conexión entre dos dispositivos, saltando la alarma.

Cobertores de seguridad y cubiertas

Los cobertores de seguridad están a ras del agua, tensionados para que no se hundan en el caso de que alguien caiga. Otra de sus unciones es mantener limpia la piscina, y que impiden el paso de hojas y suciedad.

Las cubiertas crean un entorno cerrado donde disfrutar de la piscina. Si el adulto cierra la puerta, el niño no puede acceder al agua. Otros beneficios son que alargan el periodo de baño al ganar entre 6º y 20º la temperatura en el agua, manteniendo ésta siempre limpia, y ahorrando en productos de mantenimiento.

La cubierta puede ser adosada a un edificio, o independiente. Así mismo si la piscina está en el interior de la casa, se puede colocar un techo sobre ella. Existen multitud de modelos: fijas, telescópicas (cubiertas que se pliegan), con techo poligonal o curvo, de apertura lateral…

Prácticamente hay un modelo para cada piscina, adaptándose a sus necesidades. Si se desea utilizar la piscina tanto en invierno como en verano lo que interesa es una cubierta que se pueda retirar entera o parte de ella cuando llegue el calor, volviéndola a cerrar cuando la piscina no se use. Suelen estar fabricadas con estructuras de aluminio de diferentes secciones y con cristales tratados anti UV.