Una vegetación inadecuada puede causar problemas a la piscina, tanto estéticos como mecánicos. No se deben plantar árboles o arbustos de hojas caducas, ni especies con raíces profundas.

Al morir y secarse las hojas, caen y el viento las deposita en la piscina. Su presencia en la superficie de la piscina es antiestética, ensuciando y enturbiando el agua. Además debido a la acción de la gravedad, las hojas pueden bajar hasta el fondo del vaso, llegando a taponar los sistemas de conducción, desagüe y filtración, provocando el mal funcionamiento del sistema de depuración y renovación del agua. La solución es utilizar periódicamente limpiafondos manuales o automáticos y tapar la piscina con un cobertor siempre que no se utilice.

Los árboles cuyas raíces son muy profundas y expansivas, pueden provocar grietas en la cimentación y en las paredes de la piscina, lo que provocará problemas de fugas de agua y de movimientos de tierras que pudiendo descalzar el vaso. En resumen, los árboles cerca de la piscina pueden causar 3 problemas:

  • Sombra excesiva.
  • Raíces agresivas que dañen la construcción, se meten por tuberías o levanten pavimentos: sauces, chopos, alisos, higueras, macrocarpas,…
  • Hojas y residuos abundantes a lo largo de muchos meses que tiran determinadas especies, por ejemplo, los pinos.

A continuación se describen algunos árboles pequeños ideales para plantar cerca de la piscina y de clima Mediterráneo, como pueden ser:

  • Naranjo,
  • Palmeras,
  • Limonero,
  • Níspero,
  • Arbol de Júpiter (Lagerstroemia),
  • Laurel,
  • Adelfa (formada en árbol),
  • Hibisco (formado en árbol),
  • Estrelitzia.